sábado, 10 de septiembre de 2011

SITUACIONES COMUNICATIVAS NO ESTRUCTURADAS O INFORMALES

Conversación
Para la expresión oral, el hombre se apoya en los gestos, la expresión del rostro, las inflexiones y modulaciones de la voz; por este motivo, las manifestaciones orales tienen un carácter inmediato y la relación entre los interlocutores se establece directamente, en un mismo marco o situación común. En la conversación, por ejemplo, no es necesario expresar ideas sobrentendidas, presentes en el contexto situacional o conocidas por los hablantes; al contrario, las frases, en ocasiones, suelen quedar inconclusas y reforzadas por los gestos o la entonación; la construcción resulta menos pulida; la estructura, más libre, es guiada por la intervención de los participantes.
En la comunicación oral espontánea la expresión no resulta tan ordenada y coherente ni es consecuencia de una maduración previa. Una gran parte de nuestra existencia la pasamos hablando, solicitando y dando informaciones, opinando, discutiendo, comentado, conversando. La comunicación oral tiene lugar espontáneamente en nuestra vida cotidiana, pero también se manifiesta en la s elocuciones formales, cuando un emisor tras una preparación se dirige a un público.
Dentro de las formas espontáneas está la conversación. Hablar es expresar el pensamiento por medio de la palabra y constituye el acto de comunicación humana por excelencia. El término conversar lo relacionamos con el ejercicio de la plática entre dos o más personas, caracterizada por la espontaneidad del flujo de la información, la sencillez, la naturalidad, el uso de expresiones del lenguaje coloquial y la atmósfera amena en que se desarrolla, lo que no significa vulgaridad ya que en ella se ponen de manifiesto los rasgos de la personalidad de los interlocutores, sus conocimientos, su educación formal, sus convicciones, su formación cultural, en fin, su competencia comunicativa.
Aunque la espontaneidad es una característica común a toda conversación, al referirnos a la conversación espontánea, estamos aludiendo a aquellas que surgen sin finalidad aparente. Aunque, a veces, constituyan un fecundo e interesante intercambio de ideas, puede surgir entre personas que se encuentran por primera vez en las paradas del autobús, en las filas para entrar a centros de recreación, comerciales, entre otros sitios públicos; donde se pasa cierto tiempo y se establece comunicación con una o varias personas de manera informal e improvisada. El tema a tratar en estos intercambios puede variar constantemente. Puede darse también entre personas en las que ya existen lazos de amistad a las que une determinado grado de afecto y se encuentran vinculadas generalmente por intereses comunes que provocan indagaciones y comentarios.
En la conversación, tal como se manifiesta en la vida cotidiana por las necesidades apremiantes de la comunicación, se dan las características del lenguaje coloquial entre las que pueden citarse las siguientes:
• Carácter improvisado, espontáneo. Interesa más el contenido que la forma. Predomina lo afectivo
• Contacto directo y comunicación simultánea. Se incluye la comunicación no verbal
• Predomina la forma oral del habla. Algunas incorrecciones gramaticales que pueden pasar inadvertidas. Abundan las pausas, las omisiones y las interrupciones
• Predominan las valoraciones subjetivas sobre las objetivas.
Para sostener una conversación, se hace necesaria la práctica dirigida y consciente con el objetivo de desarrollar esta capacidad y adquirir ciertas habilidades conocidas como “normas de la conversación”:
• Saber escuchar.
• Ordenar adecuadamente las ideas.
• Emplear acertadamente el vocabulario.
• Saber cómo iniciar una conversación.
• Saber cómo mantener una conversación.
• Saber cómo derivar de un tema a otro.
• Saber cómo imprimir belleza y energía a su conversación.
Formar buenos conversadores es uno de los propósitos a lograr en los niños, adolescentes y jóvenes; de ahí la importancia de prestar suma atención a este tema y propiciar las situaciones que permitan el desarrollo de esta habilidad en el marco no solo de la escuela, también en el marco familiar y en cualquier lugar que sea posible.

Discusión
Consiste en el intercambio mutuo de ideas y de opiniones entre los integrantes de un grupo relativamente pequeño. Esta técnica permite el máximo de acción y de estimulación recíproca entre los integrantes, en donde se otorga responsabilidad para que todos participen en las diversas actividades. Los integrantes son enseñados a pensar como grupo y a desarrollar un sentido de igualdad. Mediante este método es posible establecer situaciones que favorecen la conducción de grupos; se brinda la oportunidad a cada participante de ampliar sus puntos de vista, así como de obtener comprensión y cristalizar sus pensamientos. Para lograr esto es necesario que todos los miembros escuchen atentamente, razonen, reflexionen y participen.
Esta técnica puede utilizarse para identificar, explorar (o ambas) las preocupaciones, diversos tópicos de discusión o problemas mutuos, proporcionando apreciación y comprensión para ellos. El método de discusión es útil también para proporcionar y difundir información y conocimiento, y al mismo tiempo, motivar al grupo a actuar y a cristalizar el propio pensamiento. Una vez logrado esto, esta técnica ayuda a la formación de la opinión y al consenso del grupo. Cuando es necesario desarrollar una atmósfera de grupo, esta técnica es de gran utilidad ya que a su vez alienta y estimula a los miembros a aprender más sobre problemas e ideas y desarrolla un grupo central de gente con el fin de conducción o liderazgo.
Existen algunas advertencias que deben ser tomadas en cuenta al aplicar la técnica de discusión en un grupo: es necesaria la existencia de algún problema común que haya que resolver, y que los resultados de dicha discusión estén relacionados directamente con los participantes. En los grupos de discusión no hay ocasión para tener ideas secretas, por lo que cada integrante debe estar dispuesto a compartir la información. También es necesario un pensamiento objetivo y organización en la discusión de los problemas, por lo que es importante recalcar la necesidad de saber escuchar. Por último, la elección del conductor debe estar basada en su capacidad y en su experiencia en trabajos de grupo. El conductor debe saber controlar adecuadamente las intervenciones de cada miembro para mayor eficacia de la técnica.
¿Cómo se realiza?
1. El grupo mayor se subdivide en varios grupos relativamente pequeños.
2. La formación de subgrupos puede darse arbitrariamente, o bien, de acuerdo a los intereses personales de cada sujeto, al tema seleccionado, etc.
3. Una vez formados los subgrupos se inicia la discusión del tema. Anteriormente se establece el tiempo destinado a la discusión y se elaboran algunas reglas que deben ser tomadas en cuenta en el transcurso del trabajo.
4. Una vez transcurrido el tiempo establecido se finaliza la discusión. Si el problema aún no ha sido resuelto, el grupo decide si se alarga el lapso o se concede la oportunidad de una nueva reunión.

Simulación
La simulación tiene como objetivo hacer un juicio crítico más real, representando una situación de la vida real o de la historia, asumiendo los roles o papeles necesarios con el objeto de que pueda ser comprendida y tratada por el grupo.
¿Cómo se realiza?
• Se prepara con tiempo la situación que será presentada o en el caso de una improvisación se deja a los actores que la representen libremente pero se les fija el tema y el tiempo.
• Se realiza una reunión previa con los actores para que asuman sus papeles o improvisar su diálogo.
• Se prepara con tiempo el escenario o se solicita a un o unos participante que prepare el escenario lo más sencillo posible.
• Se les dan unos minutos a los actores para aclarar los últimos detalles.
• Se realiza una introducción, señalando la importancia del tema y lo que se espera de los participantes que observan y de los actores.
• Se hace la presentación de la escenificación. El desarrollo de la acción no debe ser interferida. No se debe alargar la representación, porque perdería eficacia.
• Se guía un proceso para que los asistentes emitan sus críticas o se genere una discusión.
• Se obtiene la conclusión general por parte de todos los asistentes.
Esta técnica se refiere a la interpretación "teatral" de un problema o de una situación en el campo general de las relaciones humanas. Se trata de un método que por sí mismo crea informalidad,- es flexible, permisivo y facilita la experimentación, estableciendo una "experiencia común" que puede emplearse como base para la discusión. Desde el punto de vista psicológico, alienta la participación de los miembros del grupo liberándolos de inhibiciones, ayudándolos a expresar y proyectar sus sentimientos, actitudes y creencias.
La simulación, también se conoce como dramatización y es fácil de planear, pero exige gran habilidad en su aplicación real. Puede elegirse para proporcionar datos inmediatos y empíricos sobre relaciones humanas comunes a todo el grupo, logrando una indagación más profunda que los métodos convencionales. Asegura el máximo de compenetración psicológica e identificación con un problema, y así, aumenta la participación del grupo.

Dramatización
La dramatización sirve para ensayar las sugestiones o soluciones postuladas como un caso hipotético que puede semejarse mucho a una situación de la vida real, llevando a un grupo, a través de una serie de etapas, a un problema complejo de relaciones humanas. La atmósfera grupal se convierte en una atmósfera de experimentación y de creación potencial.
Esta técnica resulta muy útil cuando existen problemas de comunicación en el grupo pues al despersonalizar la situación problemática y hacer abstracción de las personas involucradas "muestra" y enfoca una faceta única y concreta de un problema, permitiendo mayor libertad de discusión. Este método alivia tensiones y permite "descargas psicológicas" de los integrantes, al mismo tiempo que enseña a comprender y desarrollar aptitudes fuera de las situaciones de la vida real. Esta labor permite dramatizar las soluciones alternativas de un problema y proporciona a los individuos oportunidades de desarrollar su comprensión al colocarse en el lugar de otro.
Otra ventaja de la dramatización es proporcionar oportunidades para que los individuos "representen" sus propios problemas, existiendo la posibilidad de comprenderlos mejor al presentarlos en una forma más dramática. Esta técnica ofrece muchas ventajas, pero es importante tomar en cuenta algunos puntos que facilitan su éxito. La dramatización debe iniciarse con situaciones relativamente sencillas, objetivos claros y caracterizaciones definidas.
A pesar de sus ventajas, la dramatización no es más que un medio para llegar a un fin. Si se abusa de esta técnica, el grupo corre el peligro de convertirse en una sociedad teatral de aficionados y la meta original del grupo queda distorsionada. El elemento más importante de la dramatización es la espontaneidad, por lo que se recomienda evitar una estructuración demasiado rígida. Si se decide utilizar este método debe verse si la madurez del grupo permite llevarlo a cabo, ya que la dramatización invade frecuentemente los sentimientos y problemas personales de las personas.

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