sábado, 10 de septiembre de 2011

SITUACIONES COMUNICATIVAS ESTRUCTURADAS O FORMALES

PHILLIPS 66
El nombre de esta técnica deriva de su creador J. Donald Phillips. Del Michigan State College, y del hecho de que 6 personas discuten un tema durante 6 minutos. Es particularmente útil en grupos grandes de más de 20 personas.
Objetivo principal:
Lograr la participación democrática en los grupos muy numerosos. Tal como lo ha expresado su creador: "en vez de una discusión controlada por una minoría que ofrece contribuciones voluntarias mientras el tiempo lo permite, la discusión 66 proporciona tiempo para que participen todos, provee el blanco para la discusión por medio de una pregunta especifica cuidadosamente preparada, y permite una síntesis del pensamiento de cada pequeño grupo para que sea difundida en beneficio de todos".
Objetivos específicos:
- Permitir y promover la participación activa de todos los miembros de un grupo, por grande que éste sea.
- Obtener las opiniones de todos los miembros en un tiempo muy breve.
- Llegar a la toma de decisiones, obtener información o puntos de vista de gran número de personas acerca de un problema o cuestión.
- Detectar intereses, opiniones, deseos, problemas o sugerencia de un grupo grande de personas en poco tiempo.
- Ampliar la base de comunicación y de participación al interior de un grupo numeroso.
- Implicar a la gente en las responsabilidades grupales.
- Disponer de un sondeo rápido de las opiniones o captar la disposición general prevaleciente en un grupo.
- Reforzar las prácticas democráticas al interior de un grupo.
Además, esta técnica desarrolla la capacidad de síntesis y de concentración; ayuda a superar las inhibiciones para hablar ante otros; estimula el sentido de responsabilidad, dinamiza y distribuye la actividad en grandes grupos.
El "Phillips 66" puede ser aplicado en muy diversas circunstancias y con distintos propósitos, siendo un procedimiento flexible.
Aspectos metodológicos
1ª fase: En el grupo grande:
- En primer lugar, cuando en un grupo numeroso de personas se considera oportuno realizar un Phillips 66, hay que explicar a la gente para qué se emplea y en qué consiste el procedimiento.
- En segundo lugar, se formula la pregunta o se indica el tema concreto sobre el que se va a dialogar.
- Por último, se invita a la gente formar los subgrupos, siendo casi siempre preferible que busquen a las personas menos conocidas.
2ª fase: En los subgrupos:
- Cada subgrupo designa un coordinador (que controla el tiempo y permite que cada miembro exponga sus ideas) y un secretario o relator que anotará las conclusiones para exponerlas en el grupo grande.
- El coordinador da la señal de comienzo del tiempo.
- Los grupos tratan el tema, dando oportunidad a que todos participen.
- Cuando falta un minuto para terminar el tiempo, el coordinador avisa.
- Antes de terminar la reunión, cada secretario lee las conclusiones y obtiene el consenso del resto del grupo.
3ª fase: Se pasa de la situación intra-grupal a una situación inter-grupal
- Terminado el tiempo previsto -siempre puede ser elástico en algunos minutos se reúnen los subgrupos (constituyendo otra vez el grupo grande inicial) y cada secretario expone brevemente las conclusiones u opiniones del subgrupo; si las hubo, deben expresarse también las discrepancias o diferencias de puntos de vista que se produjeron.
- Se anota en una pizarra una síntesis de los informes presentados, y se hace un resumen general.
Papel del coordinador en procesos de debate:
Para aplicar esta técnica, el componente del grupo que hace de coordinador debe:
- Presentar de manera clara el tema o problema que se ha de considerar.
- Precisar el objetivo a conseguir en grupo
- Clarificar los criterios de agrupación de los miembros.
- Fijar el tiempo destinado a trabajar en grupo.
- Comentar, si es necesario, la conveniencia de escribir los acuerdos y producciones.
- Cuidar que los intercambios dentro de cada pequeño grupo se ciñan al tema que se ha estipulado.
- Asegurar que las intervenciones se lleven a cabo con la intensidad de voz adecuada para evitar interferencias en otros grupos.
- Indicar el término de la discusión
- Poner las condiciones para que los diversos miembros procuren llegar, en lo posible, a posiciones unificadas o complementarias.
En la puesta en común el coordinador debe cuidar de:
- Favorecer la clara, ágil y ordenada aportación de los diversos miembros.
- Asegurar la buena calificación, de entrada, de todas las aportaciones.
- Velar para que estas aportaciones sean consideradas en términos de complementariedad.
- Dejar constancia escrita del material elaborado.
Sugerencias prácticas:
Cuando el grupo no es muy numeroso, pueden formarse subgrupos de 3 o 4 miembros. En cambio no es conveniente formar grupos de más de 6 personas, porque la participación se vería afectada.
Si los miembros no se conocen, la interacción será favorecida con una breve auto - presentación antes de comenzar la tarea del subgrupo.
El facilitador podrá ampliar el tiempo de discusión de los subgrupos si observa que éstos se hallan muy interesados en el tema, o no han llegado al resumen.
Es conveniente que la pregunta o tema en discusión sea escrita en una pizarra y quede a la vista de todos.
En las primeras experiencias se propondrán temas sencillos, formulados con la mayor claridad y precisión.
El facilitador debe actuar con sencillez y naturalidad, estimulando el interés por la actividad. No debe hacer ninguna evaluación de las ideas o respuestas aportadas por los subgrupos; es el grupo quien debe juzgarlas.
En una etapa de mayor experiencia, se pueden asignar distintos temas a cada subgrupo o a varios de ellos.
En lo posible, la pregunta ha de ser de las que exigen respuestas de tipo "sumatorio" (Y no de oposición); ejemplo: mencione causas....; qué consecuencia tiene......; cuántos factores....; qué características...., etc.
No conviene utilizar esta técnica para tratar temas controvertidos en las ocasiones en que se quiere saber la opinión de las personas que integran un grupo grande, aunque a veces puede ser inevitable incluir temas que polarizan a la gente.
El animador del grupo debe moverse entre los subgrupos para estar a disposición de los mismos.
Hay que hacer uso de las conclusiones, ya que de lo contrario se puede producir una frustración entre los participantes.
Dado que los aportes suelen ser superficiales y dispersos, conviene utilizarla para plantear temas muy breves y concretos.
Posibles aplicaciones:
El "Phillips 66" puede usarse tanto en clases comunes como en eventos especiales de grupo. No es de por sí una técnica de aprendizaje, no enseña conocimientos ni da información (salvo la eventual que aparezca en la interacción).
Facilita en cambio la confrontación de ideas o puntos de vista, el esclarecimiento y enriquecimiento mutuo, la actividad y participación de todos los alumnos estimulando a los tímidos o indiferentes. En un grupo de discusión, que bien puede ser la clase, el "Phillips 66" es útil para obtener rápidamente opiniones elaboradas por subgrupos, acuerdos parciales, decisiones de procedimiento, sugerencias de actividades, tareas de repaso y de comprobación inicial de la información, antes de tratar un nuevo tema.
También puede utilizarse esta técnica en al aula para indagar el nivel general de información que poseen los alumnos sobre un tema; para elaborar y hallar aplicaciones a un tema aprendido teóricamente.
Después de cualquier actividad realizada colectivamente (Clase, conferencia, película, experimento, etc.) la misma puede ser evaluada o apreciada en pocos minutos por medio de esta técnica.
¿Para qué se aplica?
Para lograr fundamentalmente la participación activa de los miembros y llegar rápidamente a conclusiones generales sobre un problema. Esta técnica favorece la capacidad de síntesis.
¿Cómo se realiza?
Preparación del material: el coordinador prepara preguntas tratando de que tengan suficiente amplitud a fin de posibilitar distintas interpretaciones. Cada pequeño grupo puede recibir la misma pregunta: Ejemplo: ¿Qué necesidades puede satisfacer una profesión u ocupación?
Puede, si prefiere, trabajar con dos preguntas, de tal manera que algunos subgrupos trabajan con una y el resto de los subgrupos con otra. Ejemplo: ¿Cuál puede ser mi aporte a la comunidad? ¿Qué posibilidades profesionales y/u ocupacionales brinda mi comunidad?
Desarrollo
1. El coordinador pide a los participantes que se reúnan en grupos de no más de 6 miembros. Explica brevemente cómo se realiza la técnica. En cada subgrupo, cada uno de los miembros expone su opinión sobre el tema, luego discuten las ideas expuestas en busca de un acuerdo.
2. El coordinador formula la pregunta o la anota en el pizarrón.
3. Mientras los subgrupos deliberan, el coordinador pasa entre ellos y designa con una letra diferente del abecedario a cada uno de los miembros.

TORBELLINO DE IDEAS (BRAINSTORMING)
La expresión ”Torbellino de ideas” es una metáfora. Por tanto tiene un valor multisignificativo; el concepto mismo de torbellino de ideas es creativo y divergente, es decir, tiene variedad de significados y despierta o puede despertar una amplia constelación de impresiones, imágenes, afectos e ideas en el sujeto.
El brainstorming o torbellino de ideas es una técnica de actividad creativa grupal, iniciada por Osborn en 1938 y divulgada ampliamente con su libro Applied Imagination en 1953. Se la denomina también “promoción de ideas”, “tormenta del cerebro” o “discusión creadora”.
Se apoya en el siguiente supuesto: Si se deja a las personas actuar en un clima totalmente informal y con absoluta libertad para expresar lo que se les ocurra, sea razonable o extravagante, real o imaginario, existe la posibilidad de que, entre el fárrago de conceptos imposibles o descabellados, aparezca una idea brillante que justifique todo lo demás.
El Torbellino de Ideas, promueve el pensar divergente, la agilidad mental, la acción innovadora, la predisposición a la búsqueda y el cambio superador. Se considera también como una técnica de libre expresión con empleo espontáneo de variados lenguajes. Promociona sujetos con ideas, con ingenio, con facilidad de palabra, sin miedo a expresarse, con claridad de pensamiento por el esfuerzo de expresarlo de múltiples formas, con calidad literaria y fuerza expresiva.
El proceso intelectual del torbellino de ideas individual persigue la consecución de un nuevo objetivo que podemos definir como: pensar lo más posible (productividad) en el menor tiempo posible (rapidez); del modo más completo, complejo y variado posible (agilidad y flexibilidad); en torno al máximo de respuestas y conceptos; y finalmente, de modo rápido, abarcando el más amplio abanico de categorías y estimulando la ideación de sugerencias personales y originales.
Es una técnica de resolución de problemas: descubrir causas, prever efectos y consecuencias, idear alternativas, etc. Se trata, además, de una técnica que puede desarrollar niveles superiores de pensamiento: análisis, síntesis, comparaciones, hipótesis, divergencias prospectivas, etc. Podríamos asegurar que el torbellino de ideas es la fuente de una información democrática, comunitaria y plural, sobre la cual descansa una toma de decisión, crítica y acertada en grupo. Se trata de potenciar el poder de la imaginación y de la inteligencia crítica en el grupo.
Principios-base y normas para la aplicación: Los principios básicos que sirven de fundamento para la aplicación del torbellino de ideas son la ausencia inicial de crítica y valoración, y la cantidad de ideas producidas para encontrar la calidad.
Estos principios suponen que deben expresarse todas las ocurrencias, aunque parezcan absurdas, impertinentes, ridículas, inusuales, eliminando cualquier inhibición y censura. Se trata de una carta blanca para posibilitar la originalidad creativa.
A la vez, han de darse el mayor número posible de ideas, pues la cantidad es base de la calidad, y la productividad y fluencia es punto de partida de la creatividad, fundamento de la flexibilidad o búsqueda de variados pensamientos y raíz del pluralismo y tolerancia ideológico-democrática.
Por último, se debe estimular e incentivar la utilización y transformación de las ideas de los demás, como alternativa a la tendencia al rechazo o crítica de las ideas y aportaciones ajenas con las que no se está de acuerdo. Osborn comprobó que un tercio de las ideas surgidas en 38 sesiones de torbellino de ideas eran debidas a la aplicación de este principio.
La normativa que regula la dinámica de las actuaciones implica:
- El respeto y aprecio a todas las ideas e intervenciones.
- La escucha activa para encadenar el propio pensar con las ideas de otros, a efectos de mejorarlas (escalada de pensamiento).
- El rechazo radical a toda criticar durante el proceso de promoción de ideas para no coartar el pensamiento. La valoración y el análisis crítico se realizan al final.
- El tiempo dedicado a la técnica varía en función de la intencionalidad de la misma y puede abarcar desde 15 minutos hasta tres cuartos de hora.
Proceso de aplicación de la técnica: La aplicación del torbellino de ideas comprende el siguiente proceso:
Papel del profesor y clima en el aula: El papel del profesor en la aplicación del torbellino de ideas está centrado en crear un clima de libertad y espontaneidad entre los alumnos; coordinar la sesión y estimular la producción de ideas; prever y orientar las actividades que seguirán al torbellino de ideas; evaluar los comportamientos durante la sesión y el rendimiento de la sesión; recordar las normas de desarrollo y tratar de que se respeten; no alabar las respuestas que le gusten con palabras ni con gestos. Debe tomar una actitud receptiva y de aceptación de todas las ideas. Por ultimo, es básico estimular la producción de ideas en un clima de espontaneidad.
La aplicación de esta técnica requiere la creación de un clima informal, permisivo al máximo, despreocupado, sin críticas, libre de tensiones, sin exigencias metódicas, estimulante del libre vuelo de la imaginación, hasta niveles de “irracionalidad”, ya que es ahí donde existe mayor posibilidad de que se den las ideas novedosas.
Efectos de la técnica: Además de los señalados en la significación de la técnica, apuntamos los siguientes:
- Crea un espíritu de compañerismo y camaradería.
- Fomenta la aceptación ilimitada de los demás.
- Permite la liberación total.
- Proporciona seguridad personal.
- Permite y favorece la participación de todos.

DEBATE
Un Debate es una técnica, tradicionalmente de comunicación oral, donde se expone un tema y una problemática. Hay integrantes, un moderador, un secretario y un público que participa. No se aportan soluciones, sólo se exponen argumentos. Adicionalmente y con el desarrollo de las nuevas tecnologías, se admite que el Debate puede realizarse, mediante la comunicación escrita, por medio de los llamados foros de internet, donde también encontramos la figura del moderador, los integrantes, que serán aquellos que redacten hilos de discusión, el público, que lo formarán los lectores, y el secretario que lo representa la propia herramienta informática.
La condición de un 'debate' se da en el distinto punto de vista que guardan dos o más posiciones antagónicas en torno a un tema o problema.
• Elegir un tema de interés para todo el público que tenga controversia y preparar los contenidos teóricos.
• Escoger un moderador, quien determina el esquema de trabajo que en algunos casos puede ser un cuestionario con preguntas elaboradas de tal manera que susciten la controversia.
• Conformar partes (grupos) que defiendan o ataquen los planteamientos en pro y en contra.
Normas para su realización
Durante el debate el moderador debe:
• Poner en consideración el objetivo del tema.
• Anunciar el tema y ubicarlo dentro del proceso.
• Describir la actividad. Dar las instrucciones que rigen a los participantes y cerciorarse de que han sido comprendidas por todos.
• Formular la primera pregunta y dar la palabra en orden a los participantes.
• Desempeñar durante la discusión el papel de moderador, agotadas las opiniones sobre la primera pregunta, pasar a formular las siguientes.
• Terminar el debate, el secretario tratará de llegar al consenso sobre las conclusiones.
• Realizar la evaluación con la asamblea.
Recomendaciones para debatir
Para desarrollar y llevar a buen término los ejercicios de Debate, resulta muy importante que, tanto el emisor como el receptor, consideren los siguientes puntos:
• No se trata de imponer el punto de vista personal, sino de convencer usando la exposición, la argumentación y la contra-argumentación.
• Escuchar al otro antes de responder.
• Ponerse en el lugar del otro.
• Ser breve y concreto al hablar.
• Ser tolerante respecto a las diferencias.
• No subestimar al otro.
• No hablar en exceso para así dejar intervenir a los demás, evitando la tendencia al monólogo y la monotonía.
• No burlarse de la intervención de nadie.
• Evitar los gritos para acallar al interlocutor.
• Hablar con seguridad y libertad, sin temor a la crítica.
• Acompañar las críticas con propuestas.
• Oír atentamente al interlocutor para responder en forma adecuada.
• Articular correctamente los sonidos, empleando un tono de voz adecuado a la situación concreta de entonación y al contenido del mensaje (interrogación, exclamación, sonidos indicativos de fin de enunciación, pausas, etc.).
• Adecuar el vocabulario que se posee a la situación comunicativa del momento y ampliarlo para conseguir precisión léxico-semántica.
• Evitar las palabras y giros idiomáticos desgastados y los propios del registro lingüístico informal, pues en la sala de clases o en la situación comunicativa de un debate se impone el registro lingüístico formal.
• Conviene arribar a conclusiones al final del debate.
El Debate formal
Un debate formal, indica preparación por lo que las palabras no siempre se emplean en un lenguaje simple, en este caso por la preparación uno deberá emplear desde acertijos hasta moralejas.
Moderador
Es aquel que determinará el tiempo de exposición para cada participante, de 3 a 5 minutos, durante el cual cada participante habrá de presentar los puntos más relevantes del tema y poner orden, y da la palabra conforme al orden de cada equipo. El secretario es el que va anotando lo que se va opinando en el debate, a qué hora y su coherencia.
Participantes informados
Es necesario que cada uno de los participantes del debate sepa e investigue profundamente el tema por tratar en un debate. Dentro de las distintas modalidades de debates que existen, muchas veces se tienen semanas, días o sólo horas para la preparación de un tema. Esto determina que los equipos deban hacer buen uso del tiempo y realizar una investigación exhaustiva del tema y sus implicaciones, viendo las posibles argumentaciones de la contraparte y tratando de encontrar argumentos favorables a la posición que se representará.
Argumentos
• Los argumentos a favor se llaman pruebas y los que están en contra se llaman objeciones.
• Por los primeros se intenta demostrar la validez de las afirmaciones u argumentos propios.
• Por los segundos, se intenta mostrar los errores del adversario u contrincante.
Modos de razonamiento o tipos de argumentos
• Sintomáticos o por signo: las razones se presentan en forma de indicios, signos o síntomas que conducen a una breve conclusión. Por ejemplo: No sería extraño que Juan tuviese un infarto. Come, bebe y fuma en exceso, además de trabajar demasiado.
• Nexos causales: las razones se presentan como la causa que provoca la conclusión: uno es causa de otro. Por ejemplo: Correr 5 kilómetros diarios produce un bienestar general del sistema cardiovascular. Corra por su vida.
• Analógicos: razonamiento basado en la existencia de atributos semejantes en seres o cosas diferentes. Por ejemplo: Debe haber una preocupación permanente por el medio ambiente, igual que por un auto. Éste se debe mantener limpio, repararlo cuando se requiera y usar de un modo racional sus beneficios.
• Por generalización: a partir de varios casos similares, se puede generalizar una tesis común a todos ellos, comprobándola mediante solución.
Falacias
Un buen argumento debe aportar apoyo suficiente para aceptar la conclusión, y las premisas deben estar relacionadas con la conclusión. Una argumentación insuficiente es considerada una Falacia.
Ejemplos de falacias son: “Mi primera novia me traicionó, por lo que todas las mujeres son traidoras” (la cantidad de casos no es suficiente para concluir, por lo que se denomina conclusión apresurada); “Estoy en desacuerdo con las prácticas educacionales de la profesora" (las razones que plantea no tienen relación con la conclusión: razón irrelevante); “Sostengo que los extraterrestres existen. El otro día entrevistaron a Pepito Pérez en la tele, y contó cómo fue secuestrado por ellos” (la razón que plantea para concluir no puede ser aceptada universalmente: premisa problemática).

FORO

El foro consiste en una técnica grupal, donde todo el auditorio o salón discute de manera informal un problema, un suceso o un tema. Cada persona opina libremente y su origen se remonta al latín Phorum, reunión de los antiguos romanos para discutir los asuntos públicos. La finalidad del foro es establecer diferentes puntos de vista sobre un determinado tema.
Para realizar un foro es conveniente seguir estos pasos:
• El moderador inicia el foro indicando al grupo el tema que se va a discutir y a dar las reglas a las cuales se deben ajustar cada participante.
• El moderador da el derecho de palabra por orden de pedido, limitada el tiempo de participante y la cantidad de intervenciones por cada persona.
• Terminado el debate, el moderador realiza un resumen de las ideas expuestas e indica las conclusiones generales a la que llego el grupo.
• Condiciones del Foro:
• Un grupo que discuta informal y espontáneamente.
• Un moderador cordial (Capaz de dirigir las reuniones)

Mesa Redonda

Esta técnica consiste en que un grupo de expertos sostienen puntos de vista divergentes o contradictorios sobre un mismo tema el cual exponen ante el grupo en forma sucesiva. Se utiliza esta técnica cuando se desea dar a conocer a un auditorio los puntos de vista divergentes o contradictorios de varios especialistas sobre un determinado tema o cuestión. La Mesa Redonda ha sido difundida ampliamente por la televisión, donde, por ejemplo, políticos de diversos partidos exponen sus puntos de vista contradictorios acerca de un hecho o medida de gobierno.
Los integrantes de la Mesa Redonda (que pueden ser de 3 a 6 personas, aunque generalmente son 4) deber ser elegidos, pues, sabiendo que han de sostener posiciones divergentes u opuestas sobre el tema a tratarse; ya sea individualmente o por parejas o bandos. Además, han de ser expertos o buenos conocedores de la materia, y hábiles para exponer y defender con argumentos sólidos su posición.
La confrontación de enfoques y puntos de vista permitirá al auditorio obtener una información variada y ecuánime sobre el asunto que se trate, evitándose así los enfoques parciales, unilaterales o tendenciosos, posibles en toda conferencia unipersonal. La Mesa Redonda tiene un director o coordinador cuyas funciones se mencionaran más adelante. En cuanto a la duración, es conveniente que no se extienda más allá de los 60 minutos, para permitir luego las preguntas que desee formular el auditorio durante el lapso que se considere prudente.
Preparación
Una vez decidido el tema o cuestión que desea tratarse en la Mesa Redonda, el organizador debe seleccionar a los expositores de los distintos puntos de vista, de acuerdo con los requisitos ya expuestos. Se hará una reunión previa con los participantes con el objeto de coordinar el desarrollo, establecer orden de exposición, tiempo, temas y subtemas por considerar, etc. La Mesa Redonda requiere esta preparación, a pesar de que en su desarrollo público se manifieste luego una situación espontánea.
El organizador debe prever asimismo el ambiente físico donde tendrá lugar la Mesa Redonda, el equipo, los horarios, las invitaciones, etc. Los miembros de la Mesa Redonda deben estar ubicados en un escenario donde puedan ser vistos por todo el auditorio. Generalmente el coordinador se sienta en el centro, detrás de una mesa amplia, y los expositores a su derecha e izquierda formando los respectivos "bandos" de opinión.
Desarrollo:
1. Ubicados en el escenario los participantes, el coordinador abre la sesión con palabras iniciales, mencionando el tema por tratarse, explica el procedimiento que ha de seguirse, hace la presentación de los expositores agradeciéndoles su cooperación, comunica al auditorio que podrán hacer preguntas al final, y ofrece la palabra al primer expositor.
2. Cada expositor hará uso de la palabra durante 10 minutos aproximadamente. El coordinador cederá la palabra a los integrantes de la Mesa redonda en forma sucesiva, y de manera que se alternen los puntos de vista opuestos o divergentes. Si un orador se excede demasiado en el uso de la palabra el coordinador se lo hace notar prudentemente.
3. Una vez finalizadas las exposiciones de todos los participantes, el coordinador hace un breve resumen de las ideas principales de cada uno de ellos, y destaca las diferencias más notorias que se hayan planteado. Para ello habrá tomado notas durante las exposiciones.
4. Con el objeto de que cada expositor pueda aclarar, ampliar, especificar o concretar sus argumentos y rebatir los opuestos, el coordinador los invita a hablar nuevamente durante unos dos minutos cada uno. En esta etapa los expositores pueden dialogar si lo desean defendiendo sus puntos de vista.
5. Minutos antes de expirar el plazo previsto, el coordinador da por terminada la discusión y expone las conclusiones haciendo un resumen final que sintetice los puntos de coincidencia que pudieran permitir un acercamiento entre los diversos enfoques, y las diferencias que quedan en pie después de la discusión.
6. El coordinador invita al auditorio a efectuar preguntas a los miembros de la mesa sobre las ideas expuestas. Estas preguntas tendrán sólo carácter ilustrativo, y no se establecerá discusión entre al auditorio y la mesa. Las personas del auditorio tendrán derecho a una sola intervención.
Sugerencias prácticas:
• El coordinador ha de ser imparcial y objetivo en sus intervenciones, resúmenes y conclusiones. Tendrá agilidad mental y capacidad de síntesis, y será muy prudente en el tiempo que tome para su participación (lo importante en la Mesa Redonda es conocer las ideas de los miembros invitados).
• El coordinador debe ingeniarse para desalentar cordialmente las intenciones polémicas de algún integrante del auditorio. De la mejor manera posible insistirá en aclarar que las preguntas del público no deben convertirse a su vez en "exposiciones" sobre el tema, y que una vez contestadas no deben llevar a la discusión.
En esta técnica un equipo de expertos discute un tema en forma de diálogo o conversación ante el grupo. Se reúnen varias personas para exponer sus ideas sobre un determinado tema ante un auditorio en forma dialogada. Los integrantes debaten entre sí el tema propuesto, desde sus particulares puntos de vista y especialización, pues cada uno es experto en una parte del tema general.
En el Panel, la conversación es básicamente informal, pero con todo, debe seguir un desarrollo coherente, razonado, objetivo, sin derivar en disquisiciones ajenas o alejadas del tema, ni en apreciaciones demasiado personales. Los integrantes del Panel (de 4 a 6 personas) tratan de desarrollar a través de la conversación todos los aspectos posibles del tema, para que el auditorio obtenga así una visión relativamente completa acerca del mismo. Un coordinador o moderador cumple la función de presentar a los miembros del Panel ante el auditorio, ordenar la conversación, intercalar algunas preguntas aclaratorias, controlar el tiempo, etc.
Una vez finalizado el Panel (cuya duración puede ser de alrededor de una hora, según el caso) la conversación o debate del tema puede pasar al auditorio, sin que sea requisito la presencia de los miembros del panel. El coordinador puede seguir conduciendo esta segunda parte de la actividad grupal, que se habrá convertido en un "Foro". La informalidad, la espontaneidad y el dinamismo son característicos de esta técnica de grupo, rasgos por cierto bien aceptados generalmente por todos los auditorios.
Preparación:
De acuerdo con el tema elegido para el Panel, el organizador selecciona a los componentes o miembros del mismo, tratando de que sean personas:
• Capacitadas y de ser posibles reconocidas en la cuestión,
• Que puedan aportar ideas más o menos originales y diversas,
• Que enfoquen los distintos aspectos del tema
• Qué posean facilidad de palabra (pero no verborrea)
• Qué posean juicio crítico y capacidad para el análisis tanto como para la síntesis.
• Aún sería deseable, un cierto sentido del humor para amenizar una conversación que podría tornarse en algunos momentos un poco cansada.
Es conveniente una reunión previa del coordinador con todos los miembros que intervendrán en el panel, para cambiar ideas y establecer un plan aproximado del desarrollo de la sesión, compenetrarse con el tema, ordenar los subtemas y aspectos particulares, fijar tiempo de duración, etc. Así pues, aunque el Panel debe aparecer luego como una conversación espontánea e improvisada, requiere para su éxito ciertos preparativos como los expuestos.
Desarrollo:
1. El coordinador o moderador inicia la sesión, presenta a los miembros del panel, y formula la primera pregunta acerca del tema que se va a tratar.
2. Cualquiera de los miembros del panel inicia la conversación, aunque puede estar previsto quien lo harta, y se entabla el diálogo que se desarrollará según el plan flexible también previsto.
3. El coordinador interviene para efectuar nuevas preguntas sobre el tema, orientar el dialogo hacia aspectos no tocados, centrar la conversación en el tema cuando se desvía demasiado de él, superar una eventual situación de tensión que pudiera producirse, etc. Habrá de estimular el diálogo si éste decae, pero sin intervenir con sus propias opiniones.
4. Unos cinco minutos antes de la terminación del diálogo, el coordinador invita a los miembros a que hagan un resumen muy breve de sus ideas.
5. Finalmente el propio coordinador, basándose en notas que habrá tomado, destacará las conclusiones más importantes.
6. Si así se desea y el tiempo lo permite, el coordinador puede invitar al auditorio a cambiar ideas sobre lo expuesto, de manera informal, al estilo de un Foro. En esta etapa no es indispensable la presencia de los miembros del panel, pero si éstos lo desean, pueden contestar preguntas del auditorio, en cuyo caso el coordinador actuará como "canalizador" de dichas preguntas, derivándolas al miembro que corresponda.
Sugerencias Prácticas:
Los miembros del panel y el coordinador deben estar ubicados de manera que puedan verse entre sí para dialogar, y a la vez ser vistos por el auditorio. La ubicación semicircular suele ser la más conveniente, ya sea detrás de una mesa o sin ella pero con asientos cómodos.
• Puede designarse un secretario para tomar notas de las ideas más importantes, las cuales pueden ser distribuidas luego entre los interesados. También cabe la utilización de una grabadora de audio o mucho mejor de vídeo.
• Se aconseja tener especial cuidado en la elección de los miembros del Panel, pues una conversación de este tipo debe mantener despierto el interés de un auditorio que permanece en pasividad expectante. Aparte del conocimiento y autoridad sobre el tema, se requiere en los interlocutores ciertas dotes de amenidad, facilidad de palabra, claridad de exposición, serenidad, ingenio y alguna salida de buen humor.

SITUACIONES COMUNICATIVAS NO ESTRUCTURADAS O INFORMALES

Conversación
Para la expresión oral, el hombre se apoya en los gestos, la expresión del rostro, las inflexiones y modulaciones de la voz; por este motivo, las manifestaciones orales tienen un carácter inmediato y la relación entre los interlocutores se establece directamente, en un mismo marco o situación común. En la conversación, por ejemplo, no es necesario expresar ideas sobrentendidas, presentes en el contexto situacional o conocidas por los hablantes; al contrario, las frases, en ocasiones, suelen quedar inconclusas y reforzadas por los gestos o la entonación; la construcción resulta menos pulida; la estructura, más libre, es guiada por la intervención de los participantes.
En la comunicación oral espontánea la expresión no resulta tan ordenada y coherente ni es consecuencia de una maduración previa. Una gran parte de nuestra existencia la pasamos hablando, solicitando y dando informaciones, opinando, discutiendo, comentado, conversando. La comunicación oral tiene lugar espontáneamente en nuestra vida cotidiana, pero también se manifiesta en la s elocuciones formales, cuando un emisor tras una preparación se dirige a un público.
Dentro de las formas espontáneas está la conversación. Hablar es expresar el pensamiento por medio de la palabra y constituye el acto de comunicación humana por excelencia. El término conversar lo relacionamos con el ejercicio de la plática entre dos o más personas, caracterizada por la espontaneidad del flujo de la información, la sencillez, la naturalidad, el uso de expresiones del lenguaje coloquial y la atmósfera amena en que se desarrolla, lo que no significa vulgaridad ya que en ella se ponen de manifiesto los rasgos de la personalidad de los interlocutores, sus conocimientos, su educación formal, sus convicciones, su formación cultural, en fin, su competencia comunicativa.
Aunque la espontaneidad es una característica común a toda conversación, al referirnos a la conversación espontánea, estamos aludiendo a aquellas que surgen sin finalidad aparente. Aunque, a veces, constituyan un fecundo e interesante intercambio de ideas, puede surgir entre personas que se encuentran por primera vez en las paradas del autobús, en las filas para entrar a centros de recreación, comerciales, entre otros sitios públicos; donde se pasa cierto tiempo y se establece comunicación con una o varias personas de manera informal e improvisada. El tema a tratar en estos intercambios puede variar constantemente. Puede darse también entre personas en las que ya existen lazos de amistad a las que une determinado grado de afecto y se encuentran vinculadas generalmente por intereses comunes que provocan indagaciones y comentarios.
En la conversación, tal como se manifiesta en la vida cotidiana por las necesidades apremiantes de la comunicación, se dan las características del lenguaje coloquial entre las que pueden citarse las siguientes:
• Carácter improvisado, espontáneo. Interesa más el contenido que la forma. Predomina lo afectivo
• Contacto directo y comunicación simultánea. Se incluye la comunicación no verbal
• Predomina la forma oral del habla. Algunas incorrecciones gramaticales que pueden pasar inadvertidas. Abundan las pausas, las omisiones y las interrupciones
• Predominan las valoraciones subjetivas sobre las objetivas.
Para sostener una conversación, se hace necesaria la práctica dirigida y consciente con el objetivo de desarrollar esta capacidad y adquirir ciertas habilidades conocidas como “normas de la conversación”:
• Saber escuchar.
• Ordenar adecuadamente las ideas.
• Emplear acertadamente el vocabulario.
• Saber cómo iniciar una conversación.
• Saber cómo mantener una conversación.
• Saber cómo derivar de un tema a otro.
• Saber cómo imprimir belleza y energía a su conversación.
Formar buenos conversadores es uno de los propósitos a lograr en los niños, adolescentes y jóvenes; de ahí la importancia de prestar suma atención a este tema y propiciar las situaciones que permitan el desarrollo de esta habilidad en el marco no solo de la escuela, también en el marco familiar y en cualquier lugar que sea posible.

Discusión
Consiste en el intercambio mutuo de ideas y de opiniones entre los integrantes de un grupo relativamente pequeño. Esta técnica permite el máximo de acción y de estimulación recíproca entre los integrantes, en donde se otorga responsabilidad para que todos participen en las diversas actividades. Los integrantes son enseñados a pensar como grupo y a desarrollar un sentido de igualdad. Mediante este método es posible establecer situaciones que favorecen la conducción de grupos; se brinda la oportunidad a cada participante de ampliar sus puntos de vista, así como de obtener comprensión y cristalizar sus pensamientos. Para lograr esto es necesario que todos los miembros escuchen atentamente, razonen, reflexionen y participen.
Esta técnica puede utilizarse para identificar, explorar (o ambas) las preocupaciones, diversos tópicos de discusión o problemas mutuos, proporcionando apreciación y comprensión para ellos. El método de discusión es útil también para proporcionar y difundir información y conocimiento, y al mismo tiempo, motivar al grupo a actuar y a cristalizar el propio pensamiento. Una vez logrado esto, esta técnica ayuda a la formación de la opinión y al consenso del grupo. Cuando es necesario desarrollar una atmósfera de grupo, esta técnica es de gran utilidad ya que a su vez alienta y estimula a los miembros a aprender más sobre problemas e ideas y desarrolla un grupo central de gente con el fin de conducción o liderazgo.
Existen algunas advertencias que deben ser tomadas en cuenta al aplicar la técnica de discusión en un grupo: es necesaria la existencia de algún problema común que haya que resolver, y que los resultados de dicha discusión estén relacionados directamente con los participantes. En los grupos de discusión no hay ocasión para tener ideas secretas, por lo que cada integrante debe estar dispuesto a compartir la información. También es necesario un pensamiento objetivo y organización en la discusión de los problemas, por lo que es importante recalcar la necesidad de saber escuchar. Por último, la elección del conductor debe estar basada en su capacidad y en su experiencia en trabajos de grupo. El conductor debe saber controlar adecuadamente las intervenciones de cada miembro para mayor eficacia de la técnica.
¿Cómo se realiza?
1. El grupo mayor se subdivide en varios grupos relativamente pequeños.
2. La formación de subgrupos puede darse arbitrariamente, o bien, de acuerdo a los intereses personales de cada sujeto, al tema seleccionado, etc.
3. Una vez formados los subgrupos se inicia la discusión del tema. Anteriormente se establece el tiempo destinado a la discusión y se elaboran algunas reglas que deben ser tomadas en cuenta en el transcurso del trabajo.
4. Una vez transcurrido el tiempo establecido se finaliza la discusión. Si el problema aún no ha sido resuelto, el grupo decide si se alarga el lapso o se concede la oportunidad de una nueva reunión.

Simulación
La simulación tiene como objetivo hacer un juicio crítico más real, representando una situación de la vida real o de la historia, asumiendo los roles o papeles necesarios con el objeto de que pueda ser comprendida y tratada por el grupo.
¿Cómo se realiza?
• Se prepara con tiempo la situación que será presentada o en el caso de una improvisación se deja a los actores que la representen libremente pero se les fija el tema y el tiempo.
• Se realiza una reunión previa con los actores para que asuman sus papeles o improvisar su diálogo.
• Se prepara con tiempo el escenario o se solicita a un o unos participante que prepare el escenario lo más sencillo posible.
• Se les dan unos minutos a los actores para aclarar los últimos detalles.
• Se realiza una introducción, señalando la importancia del tema y lo que se espera de los participantes que observan y de los actores.
• Se hace la presentación de la escenificación. El desarrollo de la acción no debe ser interferida. No se debe alargar la representación, porque perdería eficacia.
• Se guía un proceso para que los asistentes emitan sus críticas o se genere una discusión.
• Se obtiene la conclusión general por parte de todos los asistentes.
Esta técnica se refiere a la interpretación "teatral" de un problema o de una situación en el campo general de las relaciones humanas. Se trata de un método que por sí mismo crea informalidad,- es flexible, permisivo y facilita la experimentación, estableciendo una "experiencia común" que puede emplearse como base para la discusión. Desde el punto de vista psicológico, alienta la participación de los miembros del grupo liberándolos de inhibiciones, ayudándolos a expresar y proyectar sus sentimientos, actitudes y creencias.
La simulación, también se conoce como dramatización y es fácil de planear, pero exige gran habilidad en su aplicación real. Puede elegirse para proporcionar datos inmediatos y empíricos sobre relaciones humanas comunes a todo el grupo, logrando una indagación más profunda que los métodos convencionales. Asegura el máximo de compenetración psicológica e identificación con un problema, y así, aumenta la participación del grupo.

Dramatización
La dramatización sirve para ensayar las sugestiones o soluciones postuladas como un caso hipotético que puede semejarse mucho a una situación de la vida real, llevando a un grupo, a través de una serie de etapas, a un problema complejo de relaciones humanas. La atmósfera grupal se convierte en una atmósfera de experimentación y de creación potencial.
Esta técnica resulta muy útil cuando existen problemas de comunicación en el grupo pues al despersonalizar la situación problemática y hacer abstracción de las personas involucradas "muestra" y enfoca una faceta única y concreta de un problema, permitiendo mayor libertad de discusión. Este método alivia tensiones y permite "descargas psicológicas" de los integrantes, al mismo tiempo que enseña a comprender y desarrollar aptitudes fuera de las situaciones de la vida real. Esta labor permite dramatizar las soluciones alternativas de un problema y proporciona a los individuos oportunidades de desarrollar su comprensión al colocarse en el lugar de otro.
Otra ventaja de la dramatización es proporcionar oportunidades para que los individuos "representen" sus propios problemas, existiendo la posibilidad de comprenderlos mejor al presentarlos en una forma más dramática. Esta técnica ofrece muchas ventajas, pero es importante tomar en cuenta algunos puntos que facilitan su éxito. La dramatización debe iniciarse con situaciones relativamente sencillas, objetivos claros y caracterizaciones definidas.
A pesar de sus ventajas, la dramatización no es más que un medio para llegar a un fin. Si se abusa de esta técnica, el grupo corre el peligro de convertirse en una sociedad teatral de aficionados y la meta original del grupo queda distorsionada. El elemento más importante de la dramatización es la espontaneidad, por lo que se recomienda evitar una estructuración demasiado rígida. Si se decide utilizar este método debe verse si la madurez del grupo permite llevarlo a cabo, ya que la dramatización invade frecuentemente los sentimientos y problemas personales de las personas.

LENGUA, LENGUAJE Y HABLA

Las diferencias entre lenguaje, lengua y habla son muy importantes a la hora de adentrarnos en el estudio del lenguaje y de la lingüística. Vamos a intentar dar unas definiciones básicas que nos permitan discernir unos conceptos de otros.
Podemos entender el lenguaje como la capacidad de poder establecer comunicación mediante signos, ya sean orales o escritos. De esta manera, el lenguaje presenta muchísimas manifestaciones distintas en las diversas comunidades que existen en nuestro planeta. Estas manifestaciones son lo que conocemos por lenguas o idiomas, como el español, el inglés, el francés o el alemán. No sería correcto hablar, por tanto, de “lenguaje español” o de “lenguaje francés”. Es importante saber emplear los términos con la precisión que merecen.
Por otro lado, la lengua es, como hemos dicho, un sistema de signos que expresan ideas y los hablantes aprenden y retienen en su memoria. Es un código, un código que conoce cada hablante, y que utiliza cada vez que lo necesita (que suele ser muy a menudo). Este código es muy importante para el normal desarrollo de la comunicación entre las personas, pues el hecho de que todos los hablantes de una lengua lo conozcan es lo que hace que se puedan comunicar entre sí.
A este respecto, Lamíquiz, Vidal (1989) señala que, la lengua es el soporte de nuestras ideas, de nuestro pensamiento, de nuestra memoria y de nuestro discurrir. Con un enfoque psicológico, que no se puede olvidar aunque conviene situarlo en su justo lugar, la lengua desempeña la función de manifestar las vivencias internas del individuo.
La lengua como instrumento de comunicación, en cambio, señala el aspecto social. No se concibe un hombre que no viva en sociedad y la lengua es una institución social. En definitiva, la dualidad individuo y sociedad se manifiesta mutuamente condicionada. Una sociedad lingüística, que emplea un instrumento d comunicación, supone una serie de individuos que usan la misma lengua; una serie de individuos que emplean el mismo instrumento de comunicación, supone una comunidad lingüística. Es decir, que sociedad implica individuo e individuo implica sociedad: el valor de cada elemento de la dicotomía está en función de la presencia del otro.


Lengua y habla
Esta dualidad es para el mismo Saussure la dicotomía fundamental en que basa su teorìa. La “langue” y la “parole” constituyen para èl la primera verdad, la primera bifurcación, la primera gran elección metodológica.
En primer lugar, distingue el lenguaje de la lengua: el lenguaje es una facultad común a todos los hombres, mientras que la lengua es un producto social de la facultad del lenguaje, un conjunto de conveniencias necesarias adoptadas por el cuerpo social, las asociaciones ratificadas por el consenso colectivo. Viene a ser una especie de decantación o de cristalización social.
Tras esta distinción entre lenguaje y lengua, ¿cuál es la diferencia entre lengua y habla? Frente a la lengua, el habla responde a un acto individual de voluntad y de inteligencia; es la concretización de la lengua, realizada por un individuo y en un momento dado.
En consecuencia, la lengua y el habla forman una dicotomía indisoluble: no se pueden separar, van unidas. Si no existiera la lengua en la mente de los individuos de una comunidad de hablantes, no podría cada uno de ellos realizar el habla individual. Y, por otro lado, si no se diera la concretización del habla, no existiría la lengua. El habla es necesaria para que la lengua se establezca.
Se trata de una distinción muy útil en lingüística, pero es preciso entender que no se trata de organizaciones independientes. Toda manifestación lingüística en forma de habla, lleva automáticamente la lengua como condicionamiento y organización interna de esa manifestación.
Y, entonces ¿qué es el habla? Es la plasmación de lo anterior, la recreación de ese modelo que conoce toda la comunidad lingüística. Es un acto singular, por el cual una persona, de forma individual y voluntaria, cifra un mensaje concreto, eligiendo para ello el código, los signos y las reglas que necesita. Dicho de otra manera, es el acto por el cual el hablante, ya sea a través de la fonación (emisión de sonidos) o de la escritura, utiliza la lengua para establecer un acto de comunicación. “el habla, pues, es un campo del lenguaje en constante ebullición. Es la suma de lo que dice cada persona; es el conjunto de combinaciones y actos fonatorios que necesita el hablante para expresarse.
Entre la lengua y el habla se establece una especie de estrato intermedio que los lingüistas entienden como norma. La norma es lo que nos impide emplear algunas formas lingüísticas que, ateniéndonos a la lógica de la lengua, podrían ser correctas. Ocurre cuando un niño dice andé, en lugar de anduve, de la misma manera que diría jugué, miré o canté. Este tipo de normas tiene origen histórico y, así consideradas, no constituyen ninguna irregularidad. La norma impone desvíos en determinados aspectos de la lengua que todos aceptamos, pero el hablante no tiene por qué conocerlos en un principio y por eso es tan común que, entre los que están aprendiendo, surjan este tipo de errores.

Vamos a ver algunas diferencias, de la manera siguiente:
LENGUA HABLA
Sistema de signos Realización del sistema de signos
Psíquica Psicofísica
Producto social Acto individual
Producto histórico Realización del producto histórico
Potencial Actualizada
De evolución lenta Momentánea
Fija Libre

1. La lengua es mentalista, o sea psíquica:
se deposita en el cerebro donde las imágenes acústicas se asocian con conceptos. El habla es psicofísica, porque incluye la fonación –cuando pronunciamos los signos o la escritura- cuando los escribimos.

2. La lengua es una institución social;
el habla individual. Decimos social porque pertenece a un grupo, a una comunidad, a una sociedad determinada. Se impone al individuo y éste NO PUEDE modificarla a su antojo, porque nadie lo entendería.

3. La lengua es una herencia de una época precedente;
por esta razón es intemporal, ha ido formándose paulatinamente a través del tiempo; el habla, en cambio, es momentánea, situada en un tiempo y un espacio determinado.

LA LINGÜÍSTICA

La lingüística es la ciencia encargada de estudiar el lenguaje. Sin embargo, para llegar a ser lo que es hoy, la lingüística pasó por dos momentos históricos bien diferenciables.
Los griegos dieron el puntapié inicial con la gramática, estableciendo reglas y principios sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal, organizando así el lenguaje. Luego, a fines del siglo XVIII, la filología hace su aporte a la lingüística, creando la lingüística histórica y, ya en el siglo XIX, la filología comparada. La lingüística histórica tiene como objetivo estudiar la evolución y cambio de las lenguas a través del tiempo. La filología comparada se ocupa de la cotejación de distintas lenguas parientes, comparándolas entre sí.
Puede verse claramente que en esta segunda etapa lingüística, a diferencia de la primera, se intenta analizar desde un punto de vista más flexible y algo subjetivo.
Podemos distinguir las siguientes ramas de la lingüística:

Fonología:
Estudio de las funciones distintivas de los sonidos del lenguaje. La Fonología es la rama de la lingüística que estudia los sistemas fónicos de las lenguas, frente a la articulación física del lenguaje (Fonética). Entre la gran variedad de sonidos que puede emitir un hablante, es posible reconocer los que representan el 'mismo' sonido, aunque las formas de pronunciarlo resulten distintas desde el punto de vista acústico; a la vez se pueden distinguir los sonidos que señalan una diferencia de significado.
Cada vez que se emite una palabra, no se realiza de la misma manera, porque cada emisión depende de los otros sonidos que la rodean. Los sonidos adquieren valores distintos según la función que ocupen en un contexto dado, sin embargo existen unos rasgos que no varían y que permiten reconocerlos sin confusiones en cualquier posición. Por otro, lado los sonidos que componen una palabra son las unidades mínimas que la hacen diferente de otra. Una prueba sencilla que lo demuestra es la comparación de lo que se llama 'segmentos portadores de significado de los llamados pares mínimos': los sonidos que forman la palabra más pueden ser sustituidos por otros y al hacerlo se forman palabras diferentes: vas, mes, y mar. Por este procedimiento se pueden aislar las unidades mínimas que distinguen los significados, es decir, los fonemas.
Cada fonema se describe siguiendo unos criterios físicos y articulatorios, en función del punto de articulación o de su carácter de sonoro o sordo. Cada uno de los componentes que define un sonido es un rasgo distintivo /mas/ es distinto de /vas/ en función de los fonemas /m/ y /b/; se definen, /m/ como [+bilabial], [+sonoro], [+nasal]; y /b/, como [+bilabial], [+sonoro], [-nasal]; el único rasgo que los diferencia es la condición de nasalidad. Lo mismo podría hacerse al comparar /a/ y /e/, /s/ y /r/ y cuantas oposiciones revelen sonidos diferentes. Por rasgos distintivos se describen todos los sonidos que constituyen una lengua. La teoría de los rasgos distintivos se formuló en primer lugar dentro de la escuela estructuralista; está incorporada a la teoría generativa que trata de construir una explicación fonológica dentro de la teoría general de la gramática.
A este análisis de los fonemas en términos de segmentos fónicos aislados se le llama fonología de los segmentos; existe otra rama que trata de los suprasegmentos y se ocupa de las unidades mayores del componente fónico, tales como la sílaba, bien estudiada por Straka, las frases y las oraciones, así como los contornos de intensidad y entonación. A este enfoque de la fonología se le llama fonología de los suprasegmentos.

Fonética:
Estudia la naturaleza de los sonidos. La fonética (del griego φωνή (fono) "sonido" o "voz") es el estudio de los sonidos físicos del discurso humano. Es la rama de la lingüística que estudia la producción y percepción de los sonidos de una lengua en específico, con respecto a sus manifestaciones físicas. Sus principales ramas son: fonética experimental, fonética articulatoria, fonemática y fonética acústica.

Estudia cómo escribir correctamente las palabras. Ortografía es la parte de la gramática normativa que fija las reglas para el uso de las letras y signos de puntuación en la escritura. La ortografía se basa en la aceptación de una serie de convenciones por parte de una comunidad lingüística con el objetivo de mantener la unidad de la lengua escrita. En los países que poseen Academia de la lengua (como es el caso de todos los hispanohablantes), esta es la institución encargada de regular dichas convenciones.
La ortografía es una convención, dado que no siempre hay una correspondencia unívoca entre sonido y grafía. Los criterios para establecer dichas convenciones varían de unas lenguas a otras. En unas ha predominado el criterio fonémico para establecer las normas (es el caso del español). En otras lenguas, en cambio, prevalece el criterio etimológico, como en el caso del inglés y el francés, lo que conlleva una mayor divergencia entre escritura y pronunciación.
La ortografía es un aspecto clave en la enseñanza y la estandarización de una lengua, especialmente cuando experimenta una gran dispersión dialectal o cuando apenas posee tradición escrita.
Morfología: La morfología (del Griego μορφ- [morph]: forma, + λογία [logía]: tratado), es la rama de la lingüística que estudia la estructura interna de las palabras para delimitar, definir y clasificar sus unidades, las clases de palabras a las que da lugar (morfología flexiva) y la formación de nuevas palabras (morfología léxica). La palabra 'morfología' fue introducida en el siglo XIX y originalmente trataba simplemente de la forma de las palabras, aunque en su acepción más moderna estudia fenómenos más complejos que la forma en sí. El término morfología proviene del griego μορφ-, morph ('forma') y λογία logía ('tratado', 'ciencia'); así, el todo significa literalmente 'ciencia (o estudio) de la forma'. En efecto, se habla de la morfología de las plantas, de la morfología de los seres vivos, de la morfología del relieve terrestre, etc.
Pero en lingüística, este término ha adquirido un significado especializado: 'estudio de las formas de las palabras' y, por extensión, 'estudio de la palabra'. Esto se remonta a una tradición iniciada en los trabajos de Baudouin de Courtnay según la cual están formadas por raíces y afijos que realizan la función del signo saussureano. Y aunque también se deba hablar en lingüística de la forma de los sintagmas y/o de las frases, el término morfología no se aplica a estos últimos; es la palabra, y solamente la palabra, lo que constituye el objeto de la morfología lingüística de acuerdo a un uso general.
La posición en la morfología gramatical es intermedia. Para la tradición estructuralista americana de Bloomfield, la morfología era esencial; en la tradición generativista chomskyana la sintaxis es central y la morfología o bien es relegada a la fonología o bien es ignorada como disciplina independiente. Esas posturas han hecho de la morfología lingüística un campo polémico y de difícil definición en la moderna teoría lingüística. Habitualmente se considera que los patrones morfológicos son el resultado de la gramaticalización y que, en cierto sentido eso es todo lo que hay en morfología. Por tanto, la búsqueda de universales morfológicos y el propio análisis morfológico no serían otra cosa que un estudio de los patrones de gramaticalización.

Sintaxis:
Estudia la manera de ordenar adecuadamente las palabras, formando frases y oraciones. La sintaxis es la parte de la gramática que estudia las reglas que gobiernan la combinatoria de constituyentes sintácticos y la formación de unidades superiores a estos, como los sintagmas y oraciones gramaticales. La sintaxis, por tanto, estudia las formas en que se combinan las palabras, así como las relaciones sintagmáticas y paradigmáticas existentes entre ellas. La sintaxis, para Leonard Bloomfield, era el estudio de formas libres compuestas completamente por formas libres. Central a esta teoría de la sintaxis eran las nociones de clases de forma (form classes) y estructura constituyente. (Estas nociones eran también relevantes, aunque menos centrales, en la teoría de la morfología.) Bloomfield definió clases de forma más bien de manera imprecisa, en términos de algún "rasgo fonético o gramático reconocible" común y compartido por todos lo miembros. Dio como ejemplos las clases de forma que consisten en “expresiones substantivas personales” de la lengua inglesa (definidas como “las formas que, cuando están expresadas con tono exclamatorio final, constituyen requerimientos (llamadas) de la presencia o la atención de una persona”: por ejemplo, "John," "Boy," "Mr. Smith."); las clases de forma que consisten en “expresiones infinitivas” (definidas como "formas que, cuando están expresadas con tono exclamatorio final, tienen el significado de una orden": por ejemplo, "run," "jump," "come here"); las clases de la forma de “expresiones sustantivas nominativas” (por ejemplo: "John," "the boys") y así sucesivamente. Debe estar claro, a partir de estos ejemplos, que las clases de forma son similares, aunque no idénticas, a las partes del discurso tradicionales y que una misma forma puede pertenecer a más de una clase de forma.

Semántica:
Estudia el significado de las palabras y su evolución histórica. El término semántica se refiere a los aspectos del significado, sentido o interpretación del significado de un determinado elemento, símbolo, palabra, expresión o representación formal. En principio cualquier medio de expresión (lenguaje formal o natural) admite una correspondencia entre expresiones de símbolos o palabras y situaciones o conjuntos de cosas que se encuentran en el mundo físico o abstracto que puede ser descrito por dicho medio de expresión.
La semántica puede estudiarse desde diferentes puntos de vista:
• Semántica lingüística, trata de la codificación y decodificación de los contenidos semánticos en las estructuras lingüísticas.
• Semántica lógica, desarrolla una serie de problemas lógicos de significación, estudia la relación entre el signo lingüístico y la realidad. Las condiciones necesarias para que un signo pueda aplicarse a un objeto, y las reglas que aseguran una significación exacta.
• Semántica en ciencias cognitivas, intenta explicar por qué nos comunicamos, y cuál es el mecanismo psíquico que se establece entre hablante y oyente durante este proceso.

La lingüística es la disciplina donde originalmente se introdujo el concepto de semántica. La semántica lingüística es el estudio del significado de las palabras del lenguaje. La semántica lingüística contrasta con otros tres aspectos que intervienen en una expresión con significado: la sintaxis y la pragmática.
La semántica es el estudio del significado atribuible a expresiones sintácticamente bien formadas. La sintaxis estudia sólo las reglas y principios sobre cómo construir expresiones interpretables semánticamente a partir de expresiones más simples, pero en sí misma no permite atribuir significados. La semántica examina el modo en que los significados se atribuían a las palabras, sus modificaciones a través del tiempo y aún sus cambios por nuevos significados. La lexicografía es otra parte de la semántica que trata de describir el significado de las palabras de un idioma en un momento dado, y suele exhibir su resultado en la confección de diccionarios.
Por otro lado, la pragmática se refiere a cómo las circunstancias y el contexto ayudan a decidir entre alternativas de uso o interpretación; gracias a la pragmática el lenguaje puede ser usado con fines humorísticos o irónicos. Además la pragmática reduce la ambigüedad de las expresiones, seleccionando sólo un conjunto adecuado de interpretaciones en un determinado contexto.

Lexicología:
Estudia el origen, forma y significado de las palabras. a lexicología es la disciplina que dentro de la lingüística tiene por cometido la clasificación y representación del léxico según alguna relación sistemática.
Usualmente la lexicología trata asuntos como:
• El origen de las palabras (etimología), algo para lo que se requiere el auxilio de la lingüística histórica.
• Las relaciones entre conceptos y palabras (onomasiología y semasiología).
• La estructura de relaciones semánticas que se establecen entre las palabras que constituyen el léxico de una lengua.

Lexicografía:
Estudia cómo los signos forman palabras, con el fin de confeccionar diccionarios. El término proviene del arte realizado por el lexicógrafo, que a su vez proviene del griego lexikográphos, compuesto por lexikós (λεξικόν) que significa colección de palabras o vocablos de una lengua, y -gráphos (-γραφος), escribir. Por lo que corresponde al arte de coleccionar palabras que deben entrar en un léxico, o simplemente quien escribe diccionarios.

EL ESPAÑOL COMO LENGUA O IDIOMA

ORIGEN Y EVOLUCION DEL ESPAÑOL
Los orígenes de nuestra lengua se remontan muchos siglos antes de nuestra era. Se supone que los primeros habitantes de lo que hoy es la península ibérica (España y Portugal), se establecieron a los lados de los Pirineos (cadena montañosa entre Francia y España). Estos grupos humanos hablaron una lengua que sobrevive en el idioma vasco (Se habla vasco en Vasconia, región de España).
En otra región geográfica -Costa de Levante- se establecieron los Iberos, de cuyo nombre tomó el propio la península. Su cultura probablemente provenía de las costas africanas. Tartesios La civilización Tartesia - influida por comunidades étnicas venidas de Orientes - se estableció en lo que actualmente es la región sur de Portugal y la parte baja de Andalucía. Se sabe que tal cultura predominó durante muchos siglos.

1. Fenicios y griegos
Los fenicios, venidos de Cartago, fundaron en el año 1110 A.C. la hoy ciudad de Cádiz, al sur de la península, a la que llamaron Gadir, posteriormente los romanos la llamaron Gades y los árabes, Qádis. La palabra gadir es de origen púnico y quiere decir recinto amurallado. Otra ciudad importante nacida a merced de los fenicios fue Málaga (Málaka: factoría, fábrica). Los griegos, desterrados del sur por los fenicios, se establecieron en la región de Levante. Ahí fundaron ciudades importantes como Lucentum, hoy Alicante, y Emporion, Ampurias. Estas dos influencias: la fenicia y la griega, propiciaron el desarrollo del arte ibérico, tanto en numismática como en escultura. La famosa Dama de Elche ha quedado como muestra del aculturamiento griego por parte de los iberos.

2. Ligures

Por lo que toca a las regiones del Centro y Noroeste, no se puede definir con exactitud qué grupo o grupos humanos llegaron a colonizar. Existe la hipótesis de una inmigración ligur (proveniente del Norte y Centro de Italia de la región de la Provenza. Dicha suposición se ha sostenido debido a los toponímicos (nombres de lugares) encontrados en diversas partes de España. Son característicos, aunque no exclusivos del idioma ligur, los sufijos "-asco", "-osca" y "-usco", por ejemplo: "Viascón", hoy Pontevedra; "Tarascón": Orense, "Piasca": Santander, "Beascos": Murcia, "Orusco": Madrid, "Biosca": Lérida. El sufijo "-ona", también es de origen ligur, por ejemplo: Barcelona, Tarazona, etc.

3. Celtas

Los celtas invadieron Hispania en el siglo VII A.C. procedentes del sur de Alemania. Se establecieron en Galicia, sur de Portugal y en la región llamada Sierra Morena. Más tarde se mezclaron con los iberos en el centro y Bajo Aragón, y formaron una región llamada Celtiberia. Los toponímicos de origen céltico son muchos. Casi todos ellos tienen nombres guerreros. Entran como elementos informativos de las palabras, las voces: "briga", que significa fortaleza, y "sego" o "segi" que indican victoria, por ejemplo: "Conimbriga": Coimbra, "Lacobriga": Carrión, "Seguvia": Segovia. La palabra "dunum", es sinónimo de "briga"; aquel elemento también entró en la formación de toponimias. Dichos lugares se encuentran localizados tanto en la región central como en la oriental de los Pirineos, por ejemplo: "Navardúm": Zaragoza, "Salardú": Lérida.
Carencia de unidad lingüística prerromana. No se puede hablar de una unidad lingüística en la península ibérica antes de la llegada de los romanos. Los alfabetos ibéricos y taresio sirvieron cada uno para diversas lenguas. Los grupos colonizadores conservaron y extendieron cada uno su propia lengua: griegos, fenicios, cartagineses, celtas, etc. Además de los idiomas mencionados hay que agregar el vascuence. La lengua vascuence El vascuence, lengua que hasta la fecha se ha conservado, y que no tiene relación lingüística con los demás que se hablaron y hablan en España, es un idioma cuyo origen es muy discutido todavía. Hay tres tesis:
• El vascuence es de procedencia africana. Presenta coincidencias decisivas con las lenguas camíticas: bereber, copto, cusita y sudanés.
• El vascuence es originario de la región del Cáucaso. Su estructura gramatical tiene mucha similitud con las lenguas caucásicas.
• El vascuence es una lengua mixta. Se parece a los idiomas caucásicos en su estructura y origen. Incorporó numerosos elementos camíticos de las lenguas ibéricas, así como celtismos y, finalmente, abundantes latinismos.
La segunda y tercera teorías son las que se sostienen en la actualidad (mucho se debe a presiones de algunos "expertos", orientadas a alejarlo lo más posibles de orígenes africanos). El vascuence, desde su origen hasta el siglo X, fue una lengua que se transmitió por tradición oral. Textos más o menos amplios aparecen hasta el siglo XVI, pero sin llegar a tener la calidad de lengua culta. En nuestros días mantiene su primaria estructura gramatical, pero se ha visto sometida a la influencia del latín y de las lenguas romances. El vascuence ha dado lugar a muchos dialectos. Son de origen vasco numerosos toponímicos localizados principalmente a lo largo de los Pirineos. Para la composición de muchas palabras entraron en función los sufijos éuscaros (vascos): "berri": nuevo, "gorri": rojo, "erri":quemado. Nombres de origen vasco son: Urquiza, Ezquerra, Iruecha, Garray, etc. El vascuence es la única lengua prerromana que tiene vigencia en la actualidad. Se habla en las provincias españolas de Vizcaya y Guipúzcoa.

4. Los romanos
Los romanos emprenden la conquista de Hispania en el año 206 A.C. Antes, en el 218 A.C., los Escipiones habían desembarcado en Ampurias. La pacificación fue completa hasta el año 19 A.C., cuando Augusto sometió definitivamente a los cántabros y astures. Así, Roma, al conquistar nuevas tierras, acababa con las pugnas entre tribus, pueblos y ciudades, imponiendo su cultura, que traía el concepto de la ley y la ciudadanía. Los romanos eran maestros en administración y derecho. Debemos recordar que el Derecho Romano sentó las bases de las legislaciones occidentales. Tampoco debemos olvidar que construyeron admirablemente calzadas, puertos, puentes y acueductos que aún están en pie. De hecho, los romanos transformaron completamente el modo de vida de los habitantes de Hispania, llevando a dicho pueblo no sólo las formas de vida latinas, sino la cultura griega, que ellos habían adquirido cuando conquistaron la región helvética. Muy pronto empezaron a levantar ciudades latinas en la península ibérica; en 206 A.C. fundaron Itálica. Se extendieron rápidamente por diversas regiones del país colonizado. Ya en el año 90 A.C., nativos de Salduia (Zaragoza) luchaban como hermanos al lado de los romanos en la guerra social de Italia.

5. El latín
El latín lengua oficial de los romanos, se impuso rápidamente como instrumento de comunicación en todo el Imperio Romano. Los toponímicos indican que también hubo mezcla de elementos romanos con celtas y vascos. Por ejemplo "Gracchurris" (Alfaro) se formó del nombre de sus fundador Tiberio Sempronio Graco y de la palabra vasca "urris". Elementos romanos y celtas se combinaron para formar: Caesarbriga (Talavera) y Juliobriga (cerca de Reinosa) y Augustobriga (Ciudad Rodrigo). El latín, idioma claro y preciso, enérgico, práctico y ordenador, adquirió gracia cuando tuvo contacto con la lengua griega, Hispania fue testigo del florecimiento de la literatura latina que imitó, haciéndolos suyos, los modelos de los grandes maestros griegos. De esta manera, muchas palabras de origen griego han pasado a nuestro idioma en este periodo por medio de la imposición del latín. Por ejemplo: "philosophia" : filosofía, "poesis" : poesía, "mathematica" : matemática, "chorus" : coro, etc.

6. Lenguas indoeuropeas
El latín pertenece a las llamadas lenguas itálicas que se hablaron antes de Cristo en la península del mismo nombre. A su vez, dichas lenguas itálicas pertenecían al indoeuropeo, originario de casi todas las lenguas que se hablan en Europa. Además de latín son indoeuropeas: las lenguas célticas (que se hablaron en Hispania y hoy en Bretaña) y en la Gran Bretaña (irlandés, galés, escocés); las lenguas germánicas (el desaparecido gótico, los modernos alemán, inglés, holandés); las lenguas eslavas (ruso, polaco, checo, búlgaro y serbocroata), la lenguas escandinavas y también el griego y el albanés.
Las lenguas que se hablan y hablaron en Europa que no pertenecen a la familia indoeuropea, son: el etrusco (desaparecido), el finlandés, el lapón, el estoniano, el húngaro y el vascuence, fuera de Europa, pertenecen al tronco indoeuropeo el grupo de lenguas indias y el persa. De lo que se concluye que gran parte del mundo actual tiene uno mismo antepasado lingüístico.

7. Forma de la lengua latina
Existieron dos clases de latín: el culto y el vulgar. El primero era usado por los escritores y gente preparada; el vulgar era hablado por el pueblo de Roma. Este fue el que se impuso en todas las colonias. Dicho latín presentaba diversas modalidades según la época de conquista del territorio, la procedencia de distintas regiones de la península itálica, la cercanía o lejanía de comunicación con la metrópoli, etc. De este modo, en cada territorio conquistado -no se puede usar todavía el concepto de nación- la lengua impuesta adquirió diversos matices de expresión. Con el devenir del tiempo, la evolución del latín vulgar, al lado de la conformación de las naciones, vino a dar lo que hoy llamamos lenguas romances, románicas o neolatinas: español, francés, italiano, provenzal, catalán, gallego-portugués, retrorrománico, rumano y sardo. En la actualidad el latín convertido en lenguas romances, sobrevive con diversas modalidades en España, Francia, Portugal, Italia, Bélgica, Suiza, Rumania, Hispanoamérica, sur de Estado Unidos, Filipinas y en otros muchos lugares del orbe, a donde fue llevado por los conquistadores españoles, portugueses y franceses, así como por los judíos sefardíes que fueron arrojados de España.

8. Fin de la dominación romana
La dominación romana terminó en el siglo V d.C., cuando desmembró el imperio. En nuestros días lo que se conserva de las lenguas prerromanas son unos cuantos sufijos: -arro, -orro, -urro: nuharro, machorro, baturro, -asco: peñasco. Se presume que los sufijos -az, -ez, -oz, que abundan en la toponimia peninsular española, también pertenecen al período estudiado. En el mismo caso está la "-z" terminal de los apellidos.

9. El origen, en otras palabras
Como dice Menéndez Pidal "la base del idioma es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo III a.C., que se impuso a las lenguas ibéricas" y al vasco, caso de no ser una de ellas. De este substrato ibérico procede una serie de elementos léxicos autónomos conservados hasta nuestros días y que en algunos casos el latín asimiló, como: cervesia > cerveza, braca > braga, camisia > camisa, lancea > lanza.
Otros autores atribuyen a la entonación ibérica la peculiar manera de entonar y emitir el latín tardío en el norte peninsular, que sería el origen de una serie de cambios en las fronteras silábicas y en la evolución peculiar del sistema consonántico. Otro elemento conformador del léxico en el español es el griego, puesto que en las costas mediterráneas hubo una importante colonización griega desde el siglo VII a.C.; como, por otro lado, esta lengua también influyó en el latín, voces helénicas han entrado en el español en diferentes momentos históricos.
Por ejemplo, los términos huérfano, escuela, cuerda, gobernar, colpar y golpar (verbos antiguos origen del moderno golpear), púrpura (que en castellano antiguo fue pórpola y polba) proceden de épocas muy antiguas, así como los topónimos Denia, Calpe. A partir del Renacimiento siempre que se ha necesitado producir términos nuevos en español se ha empleado el inventario de las raíces griegas para crear palabras, como, por ejemplo, telemática, de reciente creación, o helicóptero. Entre los siglos III y VI entraron los germanismos y su grueso lo hizo a través del latín por su contacto con los pueblos bárbaros muy romanizados entre los siglos III y V.
Forman parte de este cuerpo léxico guerra, heraldo, robar, ganar, guiar, guisa (compárese con la raíz germánica de wais y way), guarecer y burgo, que significaba 'castillo' y después pasó a ser sinónimo de 'ciudad', tan presente en los topónimos europeos como en las tierras de Castilla, lo que explica Edimburgo, Estrasburgo y Rotemburgo junto a Burgos, Burguillo, Burguete, o burgués y burguesía, términos que entraron en la lengua tardíamente. Hay además numerosos patronímicos y sus apellidos correspondientes de origen germánico: Ramiro, Ramírez, Rosendo, Gonzalo, Bermudo, Elvira, Alfonso. Poseían una declinación especial para los nombres de varón en -a, -anis, o -an, de donde surgen Favila, Froilán, Fernán, e incluso sacristán. Junto a estos elementos lingüísticos también hay que tener en cuenta al vasco, idioma cuyo origen se desconoce, aunque hay varias teorías al respecto.
Algunos de sus hábitos articulatorios y ciertas particularidades gramaticales ejercieron poderosa influencia en la conformación del castellano por dos motivos: el condado de Castilla se fundó en un territorio de influencia vasca, entre Cantabria y el norte de León; junto a eso, las tierras que los castellanos iban ganando a los árabes se repoblaban con vascos, que, lógicamente, llevaron sus hábitos lingüísticos y, además, ocuparon puestos preeminentes en la corte castellana hasta el siglo XIV. Del substrato vasco proceden dos fenómenos fonéticos que serán característicos del castellano.
La introducción del sufijo -rro, presente en los vocablos carro, cerro, cazurro, guijarro, pizarra, llevaba consigo un fonema extravagante y ajeno al latín y a todas las lenguas románicas, que es, sin embargo, uno de los rasgos definidores del sistema fonético español; se trata del fonema ápico-alveolar vibrante múltiple de la (r).
La otra herencia del vasco consiste en que ante la imposibilidad de pronunciar una f en posición inicial, las palabras latinas que empezaban por ese fonema lo sustituyeron en épocas tempranas por una aspiración, representada por una h en la escritura, que con el tiempo se perdió: así del latín farina > harina en castellano, pero farina en catalán, italiano y provenzal, fariña en gallego, farinha en portugués, farine en francés y faina en rumano; en vasco es irin. La lengua árabe fue decisiva en la configuración de las lenguas de España, y el español es una de ellas, pues en la península se asienta durante ocho siglos la dominación de este pueblo. Durante tan larga estancia hubo muchos momentos de convivencia y entendimiento. Los cristianos comprendieron muy pronto que los conquistadores no sólo eran superiores desde el punto de vista militar, sino también en cultura y refinamiento. De su organización social y política se aceptaron la función y la denominación de atalayas, alcaldes, robdas o rondas, alguaciles, almonedas, almacenes.
Aprendieron a contar y medir con ceros, quilates, quintales, fanegas y arrobas; aprendieron de sus alfayates (hoy sastres), alfareros, albañiles que construían zaguanes, alcantarillas o azoteas y cultivaron albaricoques, acelgas o algarrobas que cuidaban y regaban por medio de acequias, aljibes, albuferas, norias y azadones. Influyeron en la pronunciación de la s- inicial latina en j- como en jabón del latín 'saponem'. Añadieron el sufijo -í en la formación de los adjetivos y nombres como jabalí, marroquí, magrebí, alfonsí o carmesí. Se arabizaron numerosos topónimos como por ejemplo Zaragoza de "Caesara(u)gusta", o Baza de "Basti". No podría entenderse correctamente la evolución de la lengua y la cultura de la península sin conceder al árabe y su influencia el lugar que le corresponde. Si consideras que esta información es insuficiente o estás interesado en conocer más de la historia del idioma español, por favor envíame un correo y con gusto ampliaré el tema.

10.
Esta lengua también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla. Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del Estado Español, pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su vez de consideración oficial dentro del territorio de sus comunidades autónomas respectivas; son esos hablantes bilingües quienes proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua, castellano entendido como 'lengua de Castilla'.
En los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no plantean dificultad especial a la hora de entender como sinónimos los términos castellano y español. En los primeros documentos tras la fundación de la Real Academia Española, sus miembros emplearon por acuerdo la denominación de lengua española. Quien mejor ha estudiado esta espinosa cuestión ha sido Amado Alonso en un libro titulado Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual de tres nombres (1943). Volver a llamar a este idioma castellano representa una vuelta a los orígenes y quién sabe si no sería dar satisfacción a los autores iberoamericanos que tanto esfuerzo y estudio le dedicaron, como Andrés Bello, J. Cuervo o la argentina Mabel Manacorda de Rossetti. Renunciar al término español plantearía la dificultad de reconocer el carácter oficial de una lengua que tan abierta ha sido para acoger en su seno influencias y tolerancias que han contribuido a su condición. Por otro lado, tanto derecho tienen los españoles a nombrar castellano a su lengua como los argentinos, venezolanos, mexicanos, o panameños de calificarla como argentina, venezolana, mexicana o panameña, por citar algunos ejemplos. Lo cual podría significar el primer paso para la fragmentación de un idioma, que por número de hablantes ocupa el tercer lugar entre las lenguas del mundo. En España se hablan además el catalán y el gallego, idiomas de tronco románico, y el vasco, de origen controvertido. Sergio Zamora B. Guadalajara, Jalisco, México 1999

11. El español ayer y hoy
En la formación del español cabe distinguir tres grandes períodos: el medieval, también denominado del castellano antiguo, fechado entre los siglos X al XV; el español moderno, que evolucionó desde el siglo XVI a finales del XVII, y el contemporáneo, desde la fundación de la Real Academia Española hasta nuestros días.


12. El castellano medieval

El nombre de la lengua procede de la tierra de castillos que la configuró, Castilla, y antes del siglo X no puede hablarse de ella. Por entonces existían cuatro grandes dominios lingüísticos en la Península que pueden fijarse por el comportamiento de la vocal breve y tónica latina o en sílaba interior de palabra como la o de portam que diptongó en ué en el castellano, puerta, y vaciló entre ue, uo y ua en el leonés y aragonés (puorta) y mozárabe (puarta). En términos generales, se mantuvo la o del latín (porta) en la lengua del extremo occidental, el galaico-portugués -del que surgiría el gallego y el portugués-, y en el catalán del extremo oriental, que ejercería su influencia posterior por las tierras mediterráneas, fruto de la expansión política.
El castellano fue tan innovador en la evolución del latín como lo fueron los habitantes de Castilla en lo político. A esta época pertenecen las Glosas Silenses y las Emilianenses, del siglo X, que son anotaciones en romance a los textos en latín: contienen palabras y construcciones que no se entendían ya. Las primeras se escribieron en el monasterio benedictino de Silos, donde para aclarar el texto de un penitencial puede leerse "quod: por ke", "ignorante: non sapiendo"; las Glosas Emilianenses se escriben en el monasterio de San Millán de la Cogolla o de Suso.
En el sur, bajo dominio árabe, hablaban mozárabe las comunidades hispanas que vivían en este territorio y conservaron su lengua heredada de épocas anteriores. La mantuvieron sin grandes alteraciones, bien por afirmación cultural que marcara la diferencia con las comunidades judía y árabe, bien por falta de contacto con las evoluciones que se estaban desarrollando en los territorios cristianos. En esta lengua se escriben algunos de los primeros poemas líricos romances: las jarchas, composiciones escritas en alfabeto árabe o hebreo, pero que transcritas corresponden a una lengua arábigo-andaluza.
De los cambios fonéticos que produjeron en esta época en el castellano, el más original consistió en convertir la f- inicial del latín en una aspiración en la lengua hablada, aunque conservada en la escritura. El primer paso para convertir el castellano en la lengua oficial del reino de Castilla y León lo dio en el sigloXIII AlfonsoX, que mandó componer en romance, y no en latín, las grandes obras históricas, astronómicas y legales.
El castellano medieval desarrolló una serie de fonemas que hoy han desaparecido. Distinguía entre una -s- sonora intervocálica, que en la escritura se representaba por s, como en casa, y una s sorda, que podía estar en posición inicial de palabra como silla, o en posición interna en el grupo -ns-, como en pensar o en posición intervocálica que se escribía -ss- como en viniesse.
Las letras ç y z equivalían a los sonidos africados (equivalente a ts, si era sordo, y a ds, si era sonoro), como en plaça y facer. La letra x respondía a un sonido palatal fricativo sordo, como la actual ch del francés o la s final del portugués y también existía correspondiente sonoro, que se escribía mediante j o g ante e, i: así dixo, coger, o hijo. Distinguía entre una bilabial oclusiva sonora -b-, que procedía de la -p- intervocálica del latín o b de la inicial sonora del latín (y que es la que hoy se conserva), y la fricativa sonora, que procedía de la v del latín, cuyo sonido se mantiene hoy en Levante y algunos países americanos.
Desde el punto de vista gramatical ya habían desaparecido las declinaciones del latín y eran las preposiciones las que señalaban la función de las palabras en la oración. El verbo haber todavía tenía el significado posesivo tener, como en había dos fijos y se empleaba para tener y para formar las perífrasis verbales de obligación que originarían a partir del siglo XIV los tiempos compuestos; por eso, entre la forma del verbo haber y el infinitivo siguiente era posible interponer otro material léxico, hoy impensable, como en "Enrique vuestro hermano había vos de matar por las sus manos".
Los adjetivos posesivos iban precedidos de artículo, como aún hoy ocurre en portugués; así, se decía los sus ojos alza. El español del siglo XII ya era la lengua de los documentos notariales y de la Biblia que mandó traducir Alfonso X; uno de los manuscritos del siglo XIII se conserva en la biblioteca de El Escorial. Gracias al Camino de Santiago entraron en la lengua los primeros galicismos, escasos en número, y que se propagaron por la acción de los trovadores, de la poesía cortesana y la provenzal.

13. El castellano moderno
La publicación de la primera gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en 1492, fecha del descubrimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes Católicos, establece la fecha inicial de la segunda gran etapa de conformación y consolidación del idioma. A esta época pertenece el cambio de las consonantes que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español.
Desaparece la aspiración de la h, cosa que testimonia la versificación. Se funden en un único fonema la s sonora y sorda, prevaleciendo el valor sordo. Las consonantes ç y z pasan a ser el fonema fricativo (con pronunciación equivalente a ts) que se escribirá ç durante el siglo XVI y pasará a tener el valor de la z (con su pronunciación actual) en el siglo siguiente, con lo que de esta manera se resolvió la vacilación ortográfica c, ç, z. Las variaciones fonéticas que representaban x, g, j, se solucionaron también en favor del sonido velar fricativo sordo que en el XVII pasa a tener la pronunciación y grafía actuales de g y de j.
Desapareció asimismo la distinción -b-, -v- que se neutralizó en -b- durante el siglo XVI. En la morfología aparecieron los tiempos compuestos de los verbos, y se convierte en auxiliar el verbo haber. En la sintaxis el orden de los elementos de la oración se hace más rígido, y se anteponen los pronombres átonos a infinitivos y gerundios.
Desde el punto de vista del léxico adquirió una gran cantidad de neologismos, pues a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el contacto con otras culturas. Consiguió consolidarse como lengua dominante frente a otros dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla y Aragón y ser el castellano la lengua de los documentos legales, de la política exterior y la que llegó a América de la mano de la gran empresa realizada por la Corona de Castilla, ya fijada en la gramática normativa de Nebrija. A partir de los primeros momentos del siglo XVI se prefirió la denominación de española para la lengua del nuevo imperio, y la preocupación de los intelectuales del momento se refleja en la enorme tarea de sistematizarla, analizarla y divulgarla.
Lo demuestran la publicación del gran Diccionario de Alcalá, obra de la Universidad Complutense creada por Cisneros; la aparición de la Minerva de Francisco de las Brozas, conocido por El Brocense, que es una gramática normativa y descriptiva más moderna que la realizada por el grupo francés de Port Royal, y, a principios del siglo XVII, la publicación del Tesoro de la lengua castellana o española (1611) de Sebastián de Covarrubias, primer diccionario de la lengua, que contiene cuanta información histórica y sincrónica había disponible en el momento de su publicación.
En Francia, Italia e Inglaterra se editaban gramáticas y diccionarios para aprender español, que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del siglo XVIII. En esta etapa de la lengua se llegó al esplendor literario que representan los autores del siglo de oro. El léxico incorpora palabras originarias de tantas lenguas como contactos políticos tenía el imperio. Del italiano entran en el español desde el siglo XV al XVII los nombres de la métrica y preceptiva literaria como soneto, asonante, silva y lira, palabras relacionadas con las bellas artes como fachada, escorzo, medalla, piano.
De otros campos léxicos son italianismos de la época centinela, alerta, escopeta, aspaviento, charlar, estropear y muchas más. Son galicismos paje, jardín, jaula, sargento, forja o reproche. Los americanismos, que comienzan a entrar en el siglo XVI, ofrecen una lista referida a las realidades que en Europa no se conocían y que son españolismos tomados por las lenguas europeas como patata, cóndor, alpaca, vicuña, pampa, puma, papa (denominación afincada en Canarias para patata), que proceden del quechua y el guaraní. Los términos más antiguos, como canoa, ya citado en el diccionario de Nebrija, proceden de los arawak. A este conjunto pertenecen huracán, sabana, maíz, cacique, colibrí, caribe, enagua y caníbal. De la familia de lenguas náhuatl habladas por los nahuas, se incorporan hule, chocolate, tomate, cacao, aguacate y petate.

14. El español contemporáneo
En el año 1713 se fundó la Real Academia Española. Su primera tarea fue la de fijar el idioma y sancionar los cambios que de su idioma habían hecho los hablantes a lo largo de los siglos, siguiendo unos criterios de autoridad. En esta época se había terminado el cambio fonético y morfológico y el sistema verbal de tiempos simples y compuestos era el mismo que ha estado vigente hasta la primera mitad del siglo XX.
Los pronombres átonos ya no se combinaban con las formas de participio y, gracias a la variación morfológica, los elementos de la oración se pueden ordenar de formas muy diversas con una gran variedad de los estilos literarios, desde la mayor violación sintáctica que representan el barroco del siglo XVII, los poetas de la generación del 27 y el lenguaje publicitario, hasta la imitación de los cánones clásicos, también violentadores del orden del español, que incorporaron los neoclásicos o los primeros renacentistas.
Coincidiendo con otro momento de esplendor literario, el primer tercio del siglo XX, aparecieron las nuevas modificaciones gramaticales que aún hoy están en proceso de asentamiento.
De ellas cabe citar: la reducción del paradigma verbal en sus formas compuestas de indicativo y subjuntivo, la sustitución de los futuros por perífrasis verbales del tipo tengo que ir por iré, la práctica desaparición del subjuntivo, la reduplicación de los pronombres átonos en muchas estructuras oracionales y con verbos de significación pasiva, que están desarrollando una conjugación en voz media como en le debo dinero a María; la posposición casi sistemática de los calificativos, la reducción de los relativos, prácticamente limitados a que y quien en la lengua hablada. Junto a ello, la irrupción continua de neologismos, que nombran innovaciones técnicas y avances científicos, tiene dos momentos: los anteriores a la mitad del presente siglo, que contienen raíces clásicas como termómetro, televisión, átomo, neurovegetativo, psicoanálisis o morfema, y los neologismos apenas castellanizados, siglas y calcos del inglés y fruto de la difusión que de ellos hacen las revistas especializadas, la publicidad o la prensa, como filmar, radar, módem, casete, anticongelante, compacto, PC, o spot.